LA LEY DE LA INFLUENCIA
[buzzsprout episode=’5397949′ player=’true’]La verdadera medida del liderazgo es la ley de la influencia —nada más, nada menos
SI USTED NO TIENE INFLUENCIA,
nunca podrá dirigir a otros. ¿Como mide, pues, la influencia?
La siguiente historia responde esta pregunta. A finales del verano de 1997 dos hechos extraordinarios occurridos en menos de una semana sacudieron al mundo: la muerte de la princesa Diana y de la Madre Teresa de Calcuta. A primera vista, las dos mujeres no podían ser más diferentes.
Una de ellas era una esbelta, joven, y encantadora princesa de Inglaterra que se desenvolvía en la más alta sociedad. La otra, ganadora del Premio Nobel de la Paz, era una pequeña y anciana monja católica nacida en Albania, que servía a los m s pobres de Calcuta, India. Lo increíble de esto es que ambas causaron un impacto muy similar. Según los resultados de una votación publicados por el Daily Mail de Londres, la princesa Diana y la Madre Teresa recibieron el primer y segundo lugar, respectivamente, de las personas más humanitarias del mundo. Esto es algo que no sucede a menos que se tenga mucha influencia.
¿Cómo alguien como Diana llegó a ser considerada en la misma forma que la Madre Teresa? Ella mostraba el poder de la Ley de la Influencia. DIANA CAPTURO LA IMAGINACIÓN DEL MUNDO En 1981, Diana se convirtió en el foco de atención y motivo número uno de conversación del mundo al casarse con el príncipe Carlos de Inglaterra. Casi mil millones de personas vieron la ceremonia nupcial de Diana, que fue transmitida por televisión desde la Catedral de San Pablo. Y desde ese día, la gente no parecía obtener suficientes noticias acerca de ella. Todo el mundo estaba fascinado con Diana, una persona común y comente que una vez había sido maestra de kinder.
Al principio parecía terriblemente tímida y completamente abrumada por toda la atención que ella y su nuevo esposo estaban recibiendo. Al comienzo de su matrimonio, algunos reportes indicaban que no estaba muy contenta con sus nuevos deberes como princesa real.
Sin embargo, con el tiempo se adaptó a su nuevo trabajo. Cuando comenzó a viajar y a representar a la familia real en todo el mundo en distintas funciones, al poco tiempo se trazó la meta de servir a otros y reunir fondos para muchas causas de caridad. Y durante el proceso entabló muchas 17 relaciones importantes —con políticos, organizadores de causas humanitarias, artistas, y jefes de estado. Al principio sólo era una vocero y catalizadora de la recaudación de fondos, pero con el paso del tiempo su influencia aumentó —y también su capacidad para hacer que las cosas se hicieran realidad. Diana comenzó a reunir partidarios a causas como la investigación del SIDA, la atención de enfermos de lepra, y la prohibición de tierras sembradas de minas.
Ejerció gran influencia en atraer la atención de los líderes mundiales sobre este último problema. En una visita a los Estados Unidos unos meses antes de su muerte, se reunió con miembros de la administración del presidente Clinton para convencerlos de que apoyaran la Conferencia de Oslo que prohíbe esos artefactos.
Y unas cuantas semanas después, la postura de ellos cambió. Patrick Fuller, de la Cruz Roja Británica, dijo: “La atención que la princesa Diana atrajo sobre el problema influyó en Clinton. Hizo que poner este asunto se pusiera en el orden del día mundial, no hay duda al respecto”.
1 EL SURGIMIENTO DE UNA LÍDER
Al principio, el título de Diana simplemente le había concedido una plataforma para dirigirse a otros, pero ella pronto se convirtió en una persona de influencia por derecho propio. En 1996, cuando se divorció del príncipe Carlos, perdió su título, pero esta pérdida no disminuyó en lo absoluto su impacto sobre otros. Por el contrario, su influencia continuó aumentando, mientras que la de su esposo y de sus suegros me declinando —a pesar de los títulos reales y la posición de estos.
¿Por qué? Por instinto, Diana entendió la Ley de la Influencia. Irónicamente, aun en su muerte. Diana siguió influyendo a otras personas. Cuando su funeral me transmitido por televisión y por Radio BBC, me traducido a cuarenta y cuatro idiomas.
La NBC calculó que el auditorio total llegó a la cifra de dos mil quinientos millones de espectadores —más del doble de los que vieron su boda.
LA CUESTIÓN DEL LIDERAZGO
La princesa Diana ha sido caracterizada en muchas formas. Pero una palabra que no recuerdo que se haya usado para referirse a ella es líder. Sin embargo, eso es lo que fue. Fundamentalmente, Diana hizo realidad algunas cosas porque era influyente, y liderazgo es influencia —nada más, nada menos.
LIDERAZGO NO ES…
La gente tiene muchos conceptos erróneos acerca del liderazgo. Cuando oyen que alguien tiene un título impresionante o una posición de liderazgo asignada, suponen que la persona es un líder. A veces es cierto. Pero los títulos no tienen mucho valor cuando se trata del liderazgo. El verdadero liderazgo no puede ser otorgado, nombrado, ni asignado.
Sólo procede de la influencia, y esta no puede imponerse. Debe ser ganada. Lo único que un título puede comprar es un poco de tiempo —sea para aumentar su nivel de influencia sobre otros o para eliminarlo.
La verdadera medida del liderazgo es
la influencia —nada más, nada menos
SI USTED NO TIENE INFLUENCIA,
nunca podrá dirigir a otros. ¿Como mide, pues, la
influencia? La siguiente historia responde esta pregunta. A finales del verano de 1997 dos
hechos extraordinarios occurridos en menos de una semana sacudieron al mundo: la
muerte de la princesa Diana y de la Madre Teresa de Calcuta.
A primera vista, las dos
mujeres no podían ser más diferentes.
Una de ellas era una esbelta, joven, y encantadora
princesa de Inglaterra que se desenvolvía en la más alta sociedad. La otra, ganadora del
Premio Nobel de la Paz, era una pequeña y anciana monja católica nacida en Albania, que
servía a los m s pobres de Calcuta, India.
Lo increíble de esto es que ambas causaron un impacto muy similar. Según los
resultados de una votación publicados por el Daily Mail de Londres, la princesa Diana y la
Madre Teresa recibieron el primer y segundo lugar, respectivamente, de las personas más
humanitarias del mundo. Esto es algo que no sucede a menos que se tenga mucha
influencia. ¿Cómo alguien como Diana llegó a ser considerada en la misma forma que la
Madre Teresa? Ella mostraba el poder de la Ley de la Influencia.
DIANA CAPTURO LA IMAGINACIÓN
DEL MUNDO
En 1981, Diana se convirtió en el foco de atención y motivo número uno de conversación
del mundo al casarse con el príncipe Carlos de Inglaterra. Casi mil millones de personas
vieron la ceremonia nupcial de Diana, que fue transmitida por televisión desde la Catedral
de San Pablo. Y desde ese día, la gente no parecía obtener suficientes noticias acerca de
ella. Todo el mundo estaba fascinado con Diana, una persona común y comente que una
vez había sido maestra de kinder. Al principio parecía terriblemente tímida y
completamente abrumada por toda la atención que ella y su nuevo esposo estaban
recibiendo. Al comienzo de su matrimonio, algunos reportes indicaban que no estaba muy
contenta con sus nuevos deberes como princesa real. Sin embargo, con el tiempo se
adaptó a su nuevo trabajo. Cuando comenzó a viajar y a representar a la familia real en
todo el mundo en distintas funciones, al poco tiempo se trazó la meta de servir a otros y
reunir fondos para muchas causas de caridad.
Y durante el proceso entabló muchas relaciones importantes —con políticos, organizadores de causas humanitarias, artistas, y
jefes de estado.
Al principio sólo era una vocero y catalizadora de la recaudación de
fondos, pero con el paso del tiempo su influencia aumentó —y también su capacidad para
hacer que las cosas se hicieran realidad.
Diana comenzó a reunir partidarios a causas como la investigación del SIDA, la
atención de enfermos de lepra, y la prohibición de tierras sembradas de minas. Ejerció
gran influencia en atraer la atención de los líderes mundiales sobre este último problema.
En una visita a los Estados Unidos unos meses antes de su muerte, se reunió con
miembros de la administración del presidente Clinton para convencerlos de que apoyaran
la Conferencia de Oslo que prohíbe esos artefactos.
Y unas cuantas semanas después, la
postura de ellos cambió. Patrick Fuller, de la Cruz Roja Británica, dijo: “La atención que
la princesa Diana atrajo sobre el problema influyó en Clinton. Hizo que poner este asunto
se pusiera en el orden del día mundial, no hay duda al respecto”